La pirámide de Keops es la más grande y más al norte de las tres. En la antigüedad clásica era considerada una de las siete maravillas del mundo, la única que sobrevivió. Con el tiempo perdió el vértice afilado y todo el revestimiento; sufrió intentos de acceso usando explosivos y fue objeto de perforaciones con la esperanza de descubrir cámaras aún no detectadas. En tiempos modernos se aplicaron muchos métodos científicos con el mismo fin. La cámara mortuoria de granito, cerca del centro de piedra maciza de la pirámide, se puede alcanzar a través de la gran galería ascendente, de 11 m de alto. Dos recintos adicionales, uno tallado en la roca debajo de la pirámide, estaban destinados al sepelio del rey pero fueron abandonados porque el plan de construcción se alteró dos veces. La cámara mortuoria contiene aún el sarcófago de granito pulido de Keops, que es liso, rectangular y sin inscripciones. Nunca se encontró su tapa, ni otra clase de menaje funerario.
Los constructores tomaron muchas medidas para evitar el acceso después del sepelio. Dos enormes bloques de granito sellaban por completo el pasillo ascendente que conducía a la gran galería. De hecho, los ladrones que excavaron pacientemente su propio camino en la estructura de la pirámide, debieron atravesarlos para acceder a la gran galería. Los visitantes actuales entran a la pirámide a través de esta abertura de los ladrones, mientras que la entrada original, más alta, está sellada porque conduce, a través de un largo pasillo descendente, a la cámara mortuoria subterránea planificada originalmente, que nunca se terminó.
EI sucesor de Keops, Djedefre, eligió ser sepultado más al norte, en Abu-Rawash, pero después de él, tanto Kefren como Micerino volvieron a
Guiza para construir la segunda y la tercera pirámides que completan el
complejo.