Maidum, cerca de la entrada a Fayum en el Medio Egipto, es famoso por una pirámide de forma extraña que domina el paisaje, debida al derrumbe parcial del monumento original, por un sismo o un error estructural. El accidente ocurrió en la antigüedad, pero el montículo de piedras y escombros aún rodea la base de la pirámide. No está clara la identidad del rey que la construyó; se la atribuyó al oscuro rey Huni, de la 3 a dinastía, pero hay quienes tienden a asignarla a Snofru, de la 4a dinastía. En ese caso, debería ser agregada a las dos pirámides conocidas de ese rey, en Dahshur, y considerada la más antigua de las tres.
La piedra caliza blanca que la recubría aún se conserva en gran parte. Posiblemente, la distancia de Maidum a El Cairo desalentó a los ladrones que robaron los revestimientos pulidos de las pirámides y mastabas en Giza y Sakara. Se supone que el monumento fue originalmente una pirámide escalonada, con la forma adoptada por los reyes de la 3 a dinastía. Los escalones fueron posteriomente rellenados para producir lados lisos; es probable que el accidente se haya producido en esta segunda etapa.
La mayor parte de las mastabas privadas, que se construían cerca de la pirámide real, resultaron destruidas porque sus superestructuras eran de ladrillos. No obstante, algunas dieron origen a importantes descubrimientos, como el famoso friso de las ocas, hoy en el Museo de El Cairo. La mastaba del príncipe Rahotep produjo un grupo igualmente famoso de estatuas (hoy se conservan dos separadas) que representan al príncipe y a su esposa Nofret, que conserva todos sus colores y es el ejemplo más temprano de estatuaria no real de tamaño casi natural. Los dos están sentados sobre asientos de piedra con respaldos altos. Hoy en el Museo de El Cairo.
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