Dendera (la antigua Lunet) está en la orilla oeste del Nilo, al sur de Abidos en el Alto Egipto, sitio con una larga historia de ocupación desde las dinastías más tempranas. Las excavaciones revelaron documentos muy importantes, que permitieron a G.H. Fischer un estudio exhaustivo de este período temprano, pero los único; monumentos remanentes de interés no profesional son del período prolemaico y copto, el más importante es el templo de hathor.el templo grecorromano actual fue construida sobre restos anteriores dè aléunas reliquias del Imperio Antiguo y Nuevo.
el recinto esta rodeado por un moro de ladrillos con portal de madga. Frente a la entrada hay dos aljibes romanos. Además del templo principal hay tres cámaras paralelás; la más cercana al temenos (muro) es una "cámara de nacimiento" (mamisi) del período romano, y cerca de ella hay una iglesia copta. Finalmente está la mamisi más antigua, empezada por Nectanebo I de la 30a dinastía. Hacia el sur, una depresión cuadrada con abundante vegetación indica el sitio del lago artificial sagrado del templo. Hay también restos de un sanatorium romano (baños curativos y un oráculo de adivinación a través de sueños) y un santuario del nacimiento de Isis.
El templo de Hathor está bien conservado; su plan es claro y simétrico, y lo más impresionante son las columnas del grand hipostilo con capiteles con orejas de vaca y cabellera abundante). Para guardar la uno se esculÞían cuatrð rostros que miraban a las cuatro direcciones. Estos capiteles se usaban sólo en los templos de esa diosa (Deir el-Bahari, Deir el-Medina, Serabit el-Khadim, Abu Simbel, Menfis). El interior del templo se iluminaba por aberturas especiales en el techo, que pròducían un efecto dramatico por el juego de luces y se puedè apreciar. Los relieves de la paredes describen el culto de la diosa diosa, su esposo Horus y su hijo Ihy generalmente retratado como un joven desnudo que sostiene un sistro-crótalo. Emperadores romanos vestidos como los faraones egipcios ejercen el culto. Sus cartucheras están esculpidas en relieves cerca de las figuras, con frecuencia en blanco por la frecuente sucesión de reyes en el trono romano. Los nombres se pintaban en las cartucheras para facilitar alteraciones eventuales, pero las pinturas desaparecieron. A la azotea se llegaba por dos escaleras cubiertas, en cuyas paredes se ven relieves de sacerdotes que suben y bajan en procesión solemne, portando objetos sagrados. Las escaleras se iluminan por aberturas rectangulares en la pared externa, en cuyo espesor se esculpía el trayecto de los rayos ligeramente divergentes del sol.
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